La situación en el departamento del Guaviare se agrava por la creciente confrontación entre disidencias de las FARC, particularmente entre el grupo liderado por alias 'Iván Mordisco' y el bloque comandado por 'Calarcá' Córdoba. Esta disputa ha escalado hasta el punto de que 'Mordisco' ha impuesto un toque de queda, desafiando la autoridad del gobierno y sumiendo a la población civil en una profunda crisis humanitaria.
Conflicto en Ascenso: La Lucha por el Control Territorial
La disputa entre estos dos grupos disidentes se centra en el control de la estratégica “trocha ganadera”, una vía de 140 kilómetros vital para el narcotráfico y otras actividades ilícitas. Los enfrentamientos, que se han intensificado en las últimas semanas, han provocado el desplazamiento y confinamiento de miles de personas.
Crisis Humanitaria: Más de 10,000 Confinados
Según la Defensoría del Pueblo, más de 10,000 personas permanecen confinadas en San José del Guaviare debido a los combates. La situación es crítica, con restricciones impuestas por los grupos armados que incluso impiden el acceso del personal médico a las comunidades afectadas. La ONU ha expresado su profunda preocupación por la violencia y ha instado a proteger a la población civil, especialmente a los niños, adolescentes, líderes sociales y pueblos indígenas.
Reacción del Gobierno y Desafíos Futuros
El gobierno colombiano, consciente de la gravedad de la situación, ha reforzado su presencia militar en la región. Sin embargo, la complejidad del conflicto y la fragmentación de los grupos armados representan un desafío significativo para la estrategia de paz total. La imposición de un toque de queda por parte de 'Mordisco' es una muestra clara de su desafío al Estado y su capacidad para controlar territorios en la Amazonía colombiana. La Defensoría del Pueblo ha solicitado una sesión urgente de la Comisión Intersectorial para la Respuesta Rápida a las Alertas Tempranas (Ciprat) en San José del Guaviare para coordinar una respuesta integral a la crisis.
La escalada de violencia en el Guaviare plantea serias interrogantes sobre el futuro de la seguridad y la estabilidad en la región, así como sobre la viabilidad de las negociaciones de paz con los diferentes grupos armados.