Impuesto al eructo vacuno: ¿Solución ambiental o ataque al campo?

La diputada bonaerense Lucía Klug, de Unión por la Patria, ha desatado una tormenta política y productiva con su propuesta de crear la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA). Este impuesto, destinado a gravar las emisiones de metano generadas por la ganadería, ha sido recibido con un rechazo contundente por parte del sector agropecuario, que lo considera un ataque injustificado a su actividad.

¿Tasa ambiental o carga impositiva?

Klug argumenta que la TAMBA no es una medida fiscalista, sino una herramienta ambiental destinada a promover la responsabilidad extendida del productor. Según la diputada, la ganadería es responsable de una parte significativa de las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero con un impacto considerable en el calentamiento global. La recaudación del impuesto se destinaría a financiar una mejor gestión de residuos urbanos, buscando compensar las emisiones generadas por la actividad ganadera.

Sin embargo, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) ha manifestado su absoluto rechazo al proyecto, argumentando que la ganadería bonaerense ya soporta una alta presión impositiva y que este nuevo impuesto carece de sentido y sustento técnico. Los productores temen que la TAMBA aumente sus costos y perjudique su competitividad, especialmente en un contexto económico ya desafiante.

El debate de fondo: producción, ambiente y alimentación

El debate sobre la TAMBA pone de manifiesto la tensión entre la producción ganadera, el impacto ambiental y el derecho a la alimentación. Klug reconoce que el tema es complejo, ya que la ganadería es una actividad fundamental para la alimentación de la población, pero también genera emisiones que contribuyen al cambio climático. La diputada argumenta que es necesario encontrar un equilibrio entre estos factores, promoviendo prácticas ganaderas más sostenibles y mitigando el impacto ambiental de la actividad.

Mientras tanto, el sector agropecuario se defiende argumentando que ya está implementando buenas prácticas ganaderas y que la TAMBA es una medida punitiva que no tiene en cuenta los esfuerzos realizados para reducir las emisiones. El debate promete ser intenso y polarizado, con implicaciones importantes para el futuro de la ganadería en la provincia de Buenos Aires.

  • ¿Es la TAMBA una solución efectiva para mitigar el cambio climático?
  • ¿Perjudicará la competitividad del sector ganadero?
  • ¿Existen alternativas para reducir las emisiones de metano sin afectar la producción?

Estas son algunas de las preguntas que se plantean en este debate crucial para el futuro de la provincia.

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