La detención de Rodrigo Cabezas, ex Ministro de Finanzas durante el gobierno de Hugo Chávez, ha generado gran controversia y preocupación en Venezuela y a nivel internacional. El economista y profesor universitario fue arrestado en Maracaibo por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), según denuncias del Comité por la Libertad de los Presos Políticos.
Detalles de la Detención
Según el Comité, Cabezas fue citado a una oficina de Corpoelec tras un corte de electricidad en su domicilio, lo que resultó ser una emboscada. Familiares confirmaron que se le permitió una llamada para solicitar ropa y medicinas debido a su condición cardíaca. Su detención ha sido catalogada como una grave violación de sus derechos fundamentales.
Reacciones y Exigencias
La líder opositora María Corina Machado lanzó una alerta mundial por la detención, calificándola de "secuestro". Se exige información sobre su paradero y se teme por su salud, ya que Cabezas padece problemas cardiovasculares y requiere medicación. El periodista Vladimir Villegas informó que fue trasladado a Caracas para determinar las causas de su detención.
- Exigencia de garantía de su integridad física.
- Derecho a comunicarse con familiares y abogados.
- Respeto al debido proceso, según la Constitución y tratados internacionales.
De Chavista a Disidente
Rodrigo Cabezas, quien fuera un ferviente defensor de Hugo Chávez y fundador del PSUV, se distanció del gobierno de Nicolás Maduro debido a la crisis económica, política y social que enfrenta Venezuela. Apoyó abiertamente a Juan Guaidó y a candidatos opositores como Henrique Capriles y Edmundo González Urrutia.
¿Persecución Política?
La detención de Cabezas se suma a una creciente lista de arrestos de figuras críticas al gobierno de Maduro. Esto ha levantado serias dudas sobre el respeto a los derechos humanos y las libertades civiles en el país. Organizaciones nacionales e internacionales están exigiendo su liberación inmediata y el cese de la criminalización del pensamiento crítico.
La situación de Rodrigo Cabezas sigue siendo incierta, pero su caso pone de relieve la tensión política y social que vive Venezuela.