El Ministerio del Poder Popular para la Educación ha emitido un comunicado instando a las instituciones educativas en todo el territorio nacional a realizar actos de promoción y grado sencillos, priorizando el significado educativo y la inclusión por encima de la ostentación económica.
La medida surge ante la preocupación del Ministerio por la creciente tendencia a convertir estos eventos en "prácticas excluyentes y discriminatorias", donde se prioriza la capacidad económica de las familias por encima de los logros académicos de los estudiantes.
Según el boletín número 27 emitido por el ente ministerial, se ha detectado la práctica de seleccionar "padrinos de promoción" basándose en su poder adquisitivo, solicitándoles financiar fiestas, viajes y otros eventos, lo cual, según el Ministerio, desvirtúa el propósito educativo de las ceremonias y establece referentes no idóneos para los estudiantes.
El ministro Héctor Rodríguez, firmante del comunicado, enfatizó la prohibición de contratar "paquetes de grado" e instó a las comunidades educativas a organizar actos "sencillos y significativos".
Propuesta para actos de grado inclusivos
El Ministerio propone un enfoque pedagógico donde los estudiantes participen activamente en la preparación de sus actos de grado, guiados por sus docentes. Se sugiere utilizar el uniforme escolar como símbolo de apego y orgullo, seleccionar nombres de promoción inspirados en figuras destacadas de la educación o la cultura venezolana, y elegir como padrinos a docentes, representantes o trabajadores con vínculos afectivos y valores ejemplares.
El objetivo principal es celebrar los logros de los estudiantes sin generar exclusión ni presiones económicas sobre las familias, promoviendo la igualdad de oportunidades y el valor educativo de la ceremonia.
Implicaciones para las instituciones educativas
Las instituciones educativas deberán adaptar sus prácticas a las directrices del Ministerio, garantizando que los actos de grado sean accesibles para todos los estudiantes y sus familias, sin importar su condición socioeconómica. Esto implica evitar costos excesivos, priorizar la participación de los estudiantes en la organización y enfocarse en el valor educativo y simbólico de la ceremonia.