En un giro inesperado, Ernie Clement, jugador de los Toronto Blue Jays, protagonizó una jugada que desafió la estrategia tradicional del béisbol. El equipo canadiense, con una ventaja de una carrera en la cuarta entrada y dos corredores en base, le indicó a Clement que realizara un toque de sacrificio. Sin embargo, Clement no vio la señal, lo que derivó en un desenlace absolutamente favorable para su equipo.
En lugar de tocar la bola, Clement conectó un impresionante jonrón de tres carreras, extendiendo la ventaja de los Blue Jays a 4-0. El equipo finalmente se impuso con un marcador de 5-1 sobre sus rivales.
“Cuando pasan cosas así, significa que estás haciendo las cosas bien”, comentó John Schneider, manager de los Blue Jays, a los periodistas después del partido. “Me alegro de que no haya visto la señal”.
El propio Clement admitió no haberse percatado de la señal hasta después de haber conectado el jonrón. “Si vas a ignorar una señal, más te vale conectar un jonrón, o se van a enojar contigo”, bromeó Clement. “Así que sí, me alegro de haberle pegado bien”.
Este jonrón es parte de una racha excepcional para Clement, quien ha conectado jonrones en sus últimos tres juegos y en cuatro de sus últimos cinco. Antes de esta racha, tenía cinco jonrones en más de la mitad de la temporada. Ahora suma nueve.
Gracias a su buen desempeño reciente, Clement ha elevado su promedio de bateo a .288 y su OPS (promedio de embasamiento más slugging) a .740. Su récord personal de jonrones en una temporada es de 12, logrado el año pasado, y ahora está cerca de alcanzarlo.
Otro jugador destacado de los Blue Jays es Daulton Varsho, quien también ha demostrado su poderío ofensivo. En el partido contra los Cubs, Varsho conectó un jonrón solitario, sumando su 12º de la temporada. A pesar de tener un promedio de bateo de .242, su slugging de .608 lo convierte en una amenaza constante para los lanzadores rivales.
La historia de Clement demuestra que, a veces, la mejor jugada es la que no se planea. Y en el béisbol, como en la vida, un poco de suerte nunca viene mal.