El fútbol uruguayo se encuentra de luto tras el fallecimiento de Juan Carlos de Lima, a los 63 años. De Lima, oriundo de Florida, dejó una huella imborrable en la historia de Nacional y Peñarol, siendo campeón con ambos clubes. Su partida deja un vacío en el corazón de los aficionados al deporte rey en Uruguay.
Un Jugador de Dos Pasiones
De Lima no solo vistió las camisetas de los dos grandes del fútbol uruguayo, sino que también se consagró campeón con ambos. En Nacional, fue parte fundamental del equipo que conquistó la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 1988, dejando su nombre grabado en la memoria de los hinchas tricolores. Marcó 14 goles en 30 partidos con la camiseta de Nacional.
Posteriormente, en Peñarol, se convirtió en una figura clave del quinquenio, anotando goles decisivos que ayudaron al equipo a asegurar ese histórico logro. Su capacidad goleadora y su entrega en la cancha lo convirtieron en un ídolo para la afición aurinegra. Jugó 45 partidos y anotó 17 goles en Peñarol.
Más Allá de los Clásicos
Además de su paso por Nacional y Peñarol, De Lima defendió los colores de Liverpool y Defensor Sporting en Uruguay. También tuvo experiencias en el extranjero, jugando en Ecuador, Chile y Brasil, demostrando su talento y adaptabilidad en diferentes ligas. Inició su carrera en el club España de Florida y jugó en la selección de su departamento.
Un Legado Imborrable
Juan Carlos de Lima será recordado como un jugador talentoso, comprometido y ganador. Su nombre estará ligado a los momentos más gloriosos del fútbol uruguayo, y su legado perdurará en la memoria de los aficionados. Su partida es una gran pérdida para el deporte uruguayo.
- Campeón de América y del Mundo con Nacional en 1988.
- Figura clave del quinquenio de Peñarol.
- Ejemplo de profesionalismo y pasión por el fútbol.