El ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, Alexandre de Moraes, emitió un voto que ya se considera histórico en el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro y otros acusados por la tentativa de golpe de Estado del 8 de enero de 2023. Por primera vez en la historia de la República brasileña, un exmandatario enfrenta un juicio por este delito.
Moraes no solo condenó las acciones individuales de los acusados, sino que también construyó una narrativa que vincula el ascenso autoritario de Bolsonaro con los momentos más oscuros de la historia de Brasil. "Lo que ocurrió el 8 de enero de 2023 no fue combustión espontánea", afirmó el ministro, resumiendo el espíritu de su decisión.
Con un enfoque didáctico, Moraes demostró que las acciones golpistas comenzaron mucho antes de la invasión de las sedes de los poderes. Mencionó las minutas golpistas, las reuniones con comandantes militares, los ataques sistemáticos a las urnas electrónicas y los intentos de desacreditar al STF y al TSE como parte de una "cronología criminal lógica". Según el ministro, no se trataba de reacciones aisladas, sino de un proyecto continuo para "la toma del poder a cualquier costo".
El relator también se encargó de desmontar las tesis de las defensas con ironía. Al responder a la alegación de Alexandre Ramagem de que sus anotaciones golpistas eran meras reflexiones personales, Moraes fue directo: "Es como si fuera un diario, mi querido diario". De manera similar, al analizar la agenda aprehendida en la casa del general Augusto Heleno, repleta de planes para invalidar elecciones y decisiones judiciales, Moraes fue categórico: "Yo no consigo entender cómo alguien consigue achar normal en una democracia, en pleno siglo XXI, una agenda golpista".
Moraes destacó la escalada de violencia planificada, haciendo referencia al plan Punhal Verde e Amarelo, que preveía el asesinato de Lula, Alckmin y del propio Moraes.