El futbolista paraguayo Damián Bobadilla enfrenta serias acusaciones en Brasil. Tras prestar declaración ante la Policía Civil, fue imputado por presunto "abuso racial" en un incidente ocurrido durante un partido entre São Paulo y Talleres de Córdoba en la Copa Libertadores.
La Acusación contra Bobadilla
Según el medio brasileño Globo Esporte, Bobadilla compareció ante las autoridades para responder a las acusaciones. Un delegado del Departamento de Represión de Delitos de Intolerancia Deportiva declaró que el jugador paraguayo "no presentó nada que pudiera alterar el curso de la investigación", lo que resultó en su imputación.
Testimonios y Contradicciones
El delegado Rodrigo Correa Baptista afirmó que la versión de la víctima, Miguel Navarro, está respaldada por otros testigos, jugadores de Talleres. Navarro alega que Bobadilla lo insultó, llamándolo "venezolano muerto de hambre". Bobadilla niega haber usado esas palabras exactas, admitiendo haber dicho "venezolano de m...", pero argumenta que fue una respuesta a insultos previos por parte del lateral izquierdo argentino.
Próximos Pasos en la Investigación
El delegado Correa Baptista indicó que la investigación está en su fase final y será remitida al poder judicial. El Ministerio Público será informado y podrá presentar una acción penal contra Bobadilla. En Brasil, la xenofobia es considerada delito de racismo, lo que agrava la situación legal del futbolista.
Reacciones y Defensa
El incidente ocurrió el 27 de mayo en el estadio MorumBIS. Navarro reaccionó con angustia, llorando en el campo y considerando abandonar el partido. Después del encuentro, presentó una denuncia formal. Bobadilla se disculpó en redes sociales, admitiendo haber "reaccionado mal" pero insistiendo en que fue provocado.
El São Paulo FC ha defendido a su jugador, destacando su historial limpio y profesionalismo. Por su parte, Talleres notificó a la CONMEBOL y exigió sanciones a las autoridades brasileñas.
Posibles Consecuencias Legales
En Brasil, la pena máxima por el delito de injuria racial es de cinco años de prisión. La Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo ha declarado que las investigaciones continúan para esclarecer completamente los hechos.