Han pasado 18 años desde aquel fatídico 15 de agosto de 2007, cuando un terremoto de magnitud 7.9 sacudió Pisco y gran parte del Perú, dejando una cicatriz imborrable en la memoria colectiva. Aquel día, la tierra tembló a las 6:40 de la tarde, cobrando la vida de 595 personas, hiriendo a 2291 y damnificando a cerca de 450 mil, según cifras del Indeci.
Un equipo de RPP Noticias viajó a Pisco para evaluar el estado actual de la reconstrucción. La ciudad, aún hoy, exhibe imágenes que evocan la tragedia. La antigua municipalidad, convertida en ruinas, se erige como un mudo testigo del desastre. Contrastando con esta imagen desoladora, se levanta la nueva iglesia de San Clemente, reconstruida en el mismo lugar donde decenas de personas perdieron la vida.
El alcalde de Pisco, Pedro Fuentes Hernández, admite que, si bien se han logrado avances significativos, el proceso de reconstrucción ha sido lento y aún presenta desafíos. "Considero que estamos en un 90%, pero hay zonas, como los conos, que todavía necesitan servicios básicos. También hay dos colegios afectados que requieren intervención", señaló el burgomaestre.
La reconstrucción de Pisco es un proceso continuo que requiere la atención y el compromiso de todos los actores involucrados. A pesar de los avances, aún queda mucho por hacer para sanar las heridas del pasado y construir un futuro más resiliente para la ciudad y sus habitantes. La memoria de las víctimas debe ser el motor que impulse la culminación de este proceso.
¿Qué falta por reconstruir en Pisco?
Aunque se ha avanzado en la reconstrucción de viviendas e infraestructura básica, aún existen áreas que requieren atención urgente:
- Infraestructura educativa: Dos colegios aún necesitan ser reconstruidos o rehabilitados.
- Servicios básicos en zonas periféricas: Los "conos" de la ciudad aún carecen de acceso adecuado a servicios esenciales.
- Reconstrucción emocional: El trauma del terremoto aún persiste en la población, y es necesario brindar apoyo psicológico y social.
El futuro de Pisco: Un llamado a la acción
La reconstrucción de Pisco no es solo una cuestión de infraestructura, sino también de reconstrucción social y emocional. Es fundamental que las autoridades, la sociedad civil y el sector privado trabajen juntos para garantizar un futuro próspero y resiliente para la ciudad.