La posibilidad de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania vuelve a tomar fuerza, aunque con condiciones claras por parte de Moscú. Según declaraciones del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, Rusia está "lista para avanzar rápidamente" hacia un acuerdo, pero su "meta principal" sigue siendo alcanzar sus "objetivos" en el conflicto.
Peskov enfatizó que el presidente Vladimir Putin ha expresado repetidamente su deseo de una resolución pacífica del conflicto "lo antes posible", aunque reconoció que es un proceso "largo, que requiere esfuerzo y no es sencillo". Además, sugirió que esta visión estaría ganando terreno en Washington.
Estas declaraciones se producen tras el llamado del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a celebrar conversaciones con Rusia la próxima semana, destacando que "una reunión a nivel de liderazgo es esencial para asegurar una paz genuina". Zelenski informó que Rustem Umerov, el recién nombrado secretario de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, fue quien extendió la invitación a Moscú.
Las últimas conversaciones de alto el fuego en Estambul, a principios de junio, concluyeron rápidamente, con una reunión de poco más de una hora. Rusia ha mantenido demandas territoriales consideradas maximalistas como condiciones para un alto el fuego, las cuales han sido rechazadas por Ucrania.
Mientras tanto, Rusia continúa intensificando sus ataques de largo alcance contra Ucrania. Zelenski instó a los aliados occidentales a endurecer las sanciones contra Rusia, solicitando que el nuevo paquete de sanciones de la UE cuente con el apoyo de otros países europeos no pertenecientes a la Unión.
¿Qué esperar de las próximas negociaciones?
El éxito de cualquier futura negociación dependerá de la voluntad de ambas partes de ceder en sus posiciones. La insistencia de Rusia en mantener sus "objetivos" y las demandas territoriales podrían ser un obstáculo importante. Por su parte, la presión internacional y las sanciones económicas podrían influir en la postura de Moscú.
El rol de Estados Unidos
La mención de Peskov sobre un posible cambio de perspectiva en Washington sugiere que el papel de Estados Unidos podría ser crucial en el proceso de paz. Una mayor presión diplomática y el apoyo a las negociaciones podrían ser clave para lograr un acuerdo duradero.