Un jurado en el condado de Fulton, Georgia, Estados Unidos, ha dictaminado que el patólogo Jackson Gates deberá pagar 2.25 millones de dólares a los padres de un bebé que fue decapitado durante el parto. La razón: Gates publicó videos gráficos de la autopsia en redes sociales sin el consentimiento de los progenitores.
Jessica Ross y Treveon Taylor Sr., los padres del bebé, demandaron a Gates por invasión de la privacidad, angustia emocional y fraude. El jurado les concedió 2 millones de dólares en daños compensatorios y 250,000 dólares en daños punitivos.
El caso se remonta a julio de 2023, cuando Ross, de 20 años en ese momento, acudió al Southern Regional Medical Center en Riverdale tras romper aguas. Según la demanda contra el hospital y el equipo médico, el bebé quedó atascado durante el parto y, lamentablemente, falleció. La Oficina del Médico Forense del Condado de Clayton dictaminó que la muerte del bebé fue un homicidio.
Posteriormente, los padres contrataron a Gates para realizar una autopsia privada por 2,500 dólares. Sin embargo, sin su permiso, Gates subió varios videos a su cuenta de Instagram mostrando "con detalles gráficos y horripilantes un examen postmortem de la cabeza decapitada y separada del bebé Isaiah", así como el cuerpo del bebé.
Violación de la privacidad y angustia emocional
Los abogados de la familia expresaron su satisfacción por el veredicto, aunque reconocieron que nada puede aliviar el dolor de los padres. La cuenta de Instagram de Gates, que mostraba un historial de publicación de fotos y videos de otras autopsias, fue eliminada. Sin embargo, se sabe que tiene al menos otra cuenta en YouTube.
El impacto en la familia
La difusión de estas imágenes causó un profundo dolor a Ross y Taylor, quienes ya estaban lidiando con la trágica pérdida de su hijo. La demanda alegaba que Gates "echó sal en las profundas heridas de la pareja" al compartir las imágenes de la autopsia. Este caso pone de manifiesto la importancia de la privacidad y el respeto en el manejo de información sensible, especialmente en momentos de duelo.
- Invasión de la privacidad.
- Angustia emocional severa.
- Uso indebido de imágenes sensibles.