La luna llena de junio, conocida como la 'Luna de Fresa', engalanó el cielo nocturno peruano. Este fenómeno astronómico, más allá de su belleza, tiene raíces históricas y culturales profundas.
¿Por qué 'Luna de Fresa'?
Contrario a lo que su nombre sugiere, la Luna de Fresa no se caracteriza por un color rosado o rojizo. Su denominación proviene de las tribus indígenas de América del Norte, quienes asociaban esta luna llena con la temporada de cosecha de fresas. Diversas tribus, como los Anishinaabe y los Sioux, la identifican como la Luna de Fresa, mientras que otras, como los Creeks y los Shawnee, la asocian con otras bayas, como moras y frambuesas.
¿Cuándo fue visible en Perú?
La Luna de Fresa alcanzó su máximo esplendor iluminando el cielo el martes por la noche y la madrugada del miércoles.
¿Qué la hace especial?
Más allá de su nombre evocador, esta luna llena presenta una particularidad astronómica: alcanzó su posición más al norte posible en su órbita, un evento que no se repetirá hasta 2043. Este fenómeno se debe a la precesión de los nodos lunares, un movimiento lento que completa una vuelta cada 18 años y medio.
¿Cómo observarla?
Para disfrutar de la Luna de Fresa, lo ideal es buscar un lugar con poca contaminación lumínica y cielos despejados. Aunque a simple vista pueda parecer una luna llena común, su brillo y significado cultural la convierten en un espectáculo digno de admiración. En zonas alejadas de la ciudad, se apreció su belleza en todo su esplendor.
Un fenómeno cultural y astronómico
La Luna de Fresa es mucho más que un evento astronómico; es una conexión con la naturaleza y las tradiciones ancestrales. Su nombre nos recuerda la importancia de los ciclos naturales y la sabiduría de las culturas indígenas que observaron y comprendieron el cielo durante siglos.