Jannik Sinner: Ascenso meteórico y el impacto de Bordighera en su carrera

Jannik Sinner, el actual número uno del mundo, ha alcanzado la final de Roland Garros, un logro que consolida su meteórico ascenso en el mundo del tenis. Su camino hacia la final parisina ha estado marcado por victorias impresionantes, incluyendo un triunfo sobre Novak Djokovic en las semifinales y Alexander Bublik en los cuartos de final.

Un pasado formativo en Bordighera

Pero la historia de Sinner va más allá de los reflectores y los grandes torneos. Un capítulo crucial en su desarrollo como tenista tuvo lugar en Bordighera, Italia, en el Piatti Tennis Center. Allí, a partir de los 13 años, Sinner persiguió con determinación su sueño de convertirse en profesional.

El legado de Riccardo Piatti

La figura de Riccardo Piatti, su ex entrenador, es clave en este período. Durante el reciente partido contra Bublik, Piatti estuvo presente en la tribuna, un gesto que conmovió a Sinner. En declaraciones a Eurosport, Sinner expresó su gratitud hacia Piatti y su equipo: "He pasado tantos años allí, así que también es gracias a él si estoy aquí hoy". El tenista reconoce que Piatti le transmitió "muchísimas cosas" y que esos años fueron "importantísimos" para su carrera.

Sin embargo, Sinner también subraya que su evolución como jugador es el resultado de múltiples influencias y decisiones estratégicas. "Cualquier persona por la que he pasado me ha dado muchísimo, si no, no estaría aquí", afirma. Después de Bordighera, tomó otra decisión que lo convirtió en el jugador que es hoy.

Sinner recuerda con cariño a otras figuras de su etapa en Bordighera, como Andrea Volpini, Giulia Bruschi y Luka Cvjetkovic. Este último, junto con su familia, le brindó un hogar lejos de casa, un apoyo crucial en su adolescencia. "Eran como mi segunda familia, los extraño mucho", confiesa Sinner.

El premio mayor en Roland Garros

Ahora, en la final de Roland Garros, Sinner busca conquistar el título y consolidar su posición en la cima del tenis mundial. En juego hay no solo la gloria deportiva, sino también un premio de 2,55 millones de euros para el ganador y 1,2 millones de euros para el finalista. Independientemente del resultado, la historia de Jannik Sinner es un testimonio de dedicación, talento y la importancia de las raíces en el camino hacia el éxito.

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