El expresidente Álvaro Uribe Vélez ha descartado públicamente la posibilidad de presentarse como candidato a la vicepresidencia de Colombia en las elecciones de 2026. Este anuncio, realizado a través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), pone fin a las especulaciones que habían surgido tras sugerencias de su hijo, Tomás Uribe, y el abogado Abelardo de la Espriella.
¿Por qué Uribe rechaza la vicepresidencia?
Uribe argumenta que no quiere generar una discusión institucional en el país, especialmente en un momento en que, según él, se busca “acabar con las instituciones”. Además, menciona el proceso judicial que enfrenta, calificándolo de “injusto” y señalando una supuesta “politización” de la justicia.
Esta decisión se produce en un contexto político polarizado, donde el uribismo se posiciona como la principal fuerza opositora al gobierno de Gustavo Petro. La candidatura de Uribe a la vicepresidencia se había planteado como una estrategia para unir a la oposición y enfrentar al actual gobierno y a sectores afines al expresidente Juan Manuel Santos.
Implicaciones políticas del anuncio
La renuncia de Uribe a la posibilidad de ser vicepresidente abre interrogantes sobre el futuro del uribismo y la recomposición de la oposición en Colombia. Su figura sigue siendo central en la política nacional, y su decisión sin duda influirá en las estrategias de los diferentes actores políticos de cara a las elecciones de 2026.
¿Qué sigue para Uribe?
Mientras tanto, Uribe continúa enfrentando un proceso judicial por presunta manipulación de testigos, fraude procesal y soborno en actuación penal. Se espera que el próximo 28 de julio la jueza Sandra Heredia dé a conocer el sentido del fallo en este caso. El expresidente ha insistido en su inocencia y asegura que siempre ha dicho la verdad.
La situación judicial de Uribe añade un elemento de incertidumbre al panorama político colombiano, generando debates sobre la independencia judicial y la instrumentalización de la justicia con fines políticos.
- El rechazo de Uribe a la vicepresidencia reconfigura el panorama electoral de 2026.
- Su proceso judicial continúa generando controversia y polarización.
- El futuro del uribismo como fuerza política opositora está en juego.