El dúo británico de rap punk, Bob Vylan, se encuentra en el centro de la controversia luego de su presentación en el Festival de Glastonbury. El Departamento de Estado de EE.UU. ha revocado las visas de sus miembros tras un concierto donde incitaron a la multitud a corear consignas contra las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF).
Christopher Landau, Subsecretario de Estado, comunicó a través de X (anteriormente Twitter) que “El Departamento de Estado ha revocado las visas estadounidenses para los miembros de la banda Bob Vylan a la luz de su diatriba de odio en Glastonbury, incluyendo liderar a la multitud en cánticos de muerte. Los extranjeros que glorifican la violencia y el odio no son bienvenidos en nuestro país”.
Este veto se produce luego de que Bobby Vylan, vocalista del grupo, utilizara el escenario West Holts de Glastonbury para expresar su apoyo a Palestina, gritando “Free, free Palestine” antes de dirigir cánticos contra el ejército israelí. En un video del evento, se observa al rapero gritando al micrófono: “Alright, pero ¿han escuchado esta? Muerte, muerte a las IDF”.
La presentación también incluyó una pantalla que mostraba el mensaje: “Las Naciones Unidas lo han llamado un genocidio. La BBC lo llama un ‘conflicto’”, haciendo referencia a la cobertura del conflicto por parte de la cadena británica.
Bob Vylan tenía programada una gira por Estados Unidos a partir de finales de octubre, según una publicación en Instagram. Tras la polémica, Bobby Vylan publicó en su cuenta: “Dije lo que dije”, afirmando haber recibido mensajes tanto de apoyo como de odio.
La decisión del Departamento de Estado refleja una política agresiva de restricción y revocación de visas para personas acusadas de apoyar el terrorismo y el antisemitismo. Este incidente ha generado un intenso debate sobre la libertad de expresión y los límites de la protesta política en eventos culturales de gran magnitud.
Reacciones y Contexto
La controversia ha generado reacciones mixtas en redes sociales y medios de comunicación. Mientras algunos defienden el derecho de Bob Vylan a expresar sus opiniones políticas, otros critican duramente sus cánticos y los consideran una incitación al odio.
El incidente también ha puesto de manifiesto la creciente polarización en torno al conflicto palestino-israelí y la dificultad de abordar este tema de manera equilibrada en el ámbito público.