El 11 de junio se conmemoraron 33 años de la trágica muerte de Rafael Orozco, una de las voces más emblemáticas del vallenato. El cantante, nacido en Becerril, Cesar, un 24 de marzo de 1954, dejó un vacío imborrable en la música colombiana.
Los Inicios de un Ídolo
Desde joven, Rafael Orozco demostró su pasión por la música. Antes de alcanzar la fama, se ganaba la vida vendiendo agua en su pueblo, soñando con convertirse en cantante mientras escuchaba vallenatos. Su talento lo llevó a ganar un concurso de voces en Valledupar, impulsándolo a iniciar su carrera musical junto al acordeonero Luciano Poveda.
Su primera presentación profesional fue en Sempegua, Chimichagua, donde cautivó al público con su carisma y potente voz. Este fue el comienzo de una trayectoria que lo consagraría como uno de los grandes del vallenato.
El Trágico Final
La noche del 11 de junio de 1992, Barranquilla fue testigo de un acto violento que truncó la vida de Rafael Orozco. Mientras conversaba con unos músicos en la terraza de su casa, fue atacado a tiros, falleciendo poco después en la Clínica del Caribe.
La noticia de su asesinato conmocionó a Colombia entera. Su sepelio fue multitudinario, con miles de personas despidiendo al ídolo vallenato. A pesar del tiempo transcurrido, las circunstancias de su muerte aún son objeto de especulación, con teorías que apuntan a crímenes pasionales y nexos con el narcotráfico.
Su Legado Musical
A pesar de su temprana partida, Rafael Orozco dejó un legado musical invaluable. Canciones como 'Solo para ti' y su trabajo con el Binomio de Oro siguen sonando en Colombia y el mundo, manteniendo viva la memoria de 'El Ídolo' del vallenato. Su voz y su carisma permanecerán por siempre en el corazón de sus seguidores.