Mariela Barragán Beltrán ha sido designada como la nueva directora del Departamento Administrativo de la Función Pública (DAFP), un nombramiento que llega en un momento crucial para la entidad. Tras un período turbulento marcado por escándalos de corrupción que involucraron a su predecesor, César Manrique, Barragán asume el cargo con la misión de restaurar la confianza y fortalecer la integridad de la institución.
Un Perfil con Amplia Trayectoria
Abogada de la Universidad Libre, Mariela Barragán posee una extensa trayectoria tanto en el sector público como en el privado, abarcando más de dos décadas de experiencia. Su hoja de vida incluye roles destacados como directora del Acueducto de Bogotá, secretaria de Desarrollo Económico de la capital, viceministra de Trabajo y directora de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Esta diversidad de experiencias la posiciona como una figura idónea para liderar el DAFP.
Además de su experiencia administrativa, el nombramiento de Barragán resuena profundamente en la historia política colombiana. Fue la esposa de Bernardo Jaramillo Ossa, el carismático candidato presidencial de la Unión Patriótica (UP) asesinado en 1990. Jaramillo, junto a Barragán, lideró una campaña nacional con el lema "Venga esa mano país", un proyecto político que se vio truncado por la violencia.
Los Retos al Frente del DAFP
La tarea que enfrenta Mariela Barragán no es menor. El DAFP juega un papel fundamental en la definición de los lineamientos laborales del Estado colombiano, lo que otorga a su director una gran responsabilidad. Entre los principales desafíos se encuentran:
- Restaurar la confianza: Superar la sombra de la corrupción y demostrar un compromiso inquebrantable con la transparencia y la ética.
- Modernizar la gestión pública: Implementar estrategias innovadoras para mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios que ofrece el Estado.
- Fortalecer el servicio civil: Promover la meritocracia y la profesionalización de los funcionarios públicos.
El nombramiento de Mariela Barragán al frente del DAFP representa una oportunidad para revitalizar la institución y avanzar hacia una gestión pública más transparente, eficiente y al servicio de los ciudadanos colombianos. Su trayectoria y experiencia, combinadas con su conexión histórica con la lucha por la justicia y la equidad, la convierten en una figura clave para enfrentar los desafíos que se avecinan.