Kayla Harrison se coronó campeona de peso gallo en UFC 316 tras una dominante victoria por sumisión sobre Julianna Peña. El evento, celebrado en Newark, Nueva Jersey, vio a Harrison imponer su superioridad en la lucha y el grappling para controlar la acción desde el inicio.
La pelea culminó con una kimura al final del segundo round, asegurando el primer campeonato de UFC para Harrison, que ya cuenta con dos medallas de oro olímpicas en judo y títulos mundiales de la PFL. Su trayectoria en las artes marciales mixtas sigue en ascenso, consolidándose como una de las figuras más destacadas del deporte.
El duro camino al campeonato
En la entrevista post-pelea, Harrison reveló las dificultades que enfrentó durante el corte de peso, confesando que incluso consideró abandonar. La atleta de 34 años, que ha competido en 155 libras (11st 1lb) en la PFL, ha tenido que adaptarse al peso de 135 libras (9st 9lb) desde que se unió a UFC el año pasado. Estas declaraciones resaltan la exigencia física y mental que implica competir al más alto nivel.
"Esto es para cualquiera que se haya sentido desesperanzado, que haya querido renunciar, que haya querido rendirse. El jueves quería renunciar, quería rendirme", expresó Harrison, inspirando a quienes enfrentan desafíos similares.
Posible enfrentamiento con Amanda Nunes
Tras su victoria, Harrison se enfrentó a la excampeona de dos divisiones Amanda Nunes, quien confirmó su regreso del retiro para desafiarla por el cinturón. Este posible enfrentamiento ha generado gran expectativa, ya que Nunes, considerada una de las mejores artistas marciales mixtas femeninas de todos los tiempos, fue compañera de entrenamiento de Harrison.
Joe Rogan, comentarista de UFC, describió el potencial combate como "la pelea por el título femenino más grande en la historia de UFC". La confirmación de Nunes añade aún más emoción al panorama de la división de peso gallo.
¿Un nuevo capítulo en la UFC femenina?
La victoria de Kayla Harrison y el posible enfrentamiento con Amanda Nunes podrían marcar el comienzo de una nueva era en la UFC femenina. La dedicación, habilidad y resiliencia de estas atletas inspiran a futuras generaciones de luchadoras y consolidan el crecimiento del deporte a nivel mundial.