Monte Sinaí: ¿Mega-Resort de Lujo o Destrucción del Patrimonio?

El Monte Sinaí, un lugar sagrado para judíos, cristianos y musulmanes, se encuentra en el centro de una controversia debido a un ambicioso proyecto turístico que busca transformarlo en un mega-resort de lujo. Este proyecto ha generado preocupación entre la comunidad beduina local y defensores del patrimonio cultural.

Un Lugar Sagrado en Transformación

Conocido localmente como Jabal Musa, el Monte Sinaí es venerado como el lugar donde Moisés recibió los Diez Mandamientos. Muchos creen que también es donde Dios habló al profeta desde la zarza ardiente, según la Biblia y el Corán.

En este lugar se encuentra el Monasterio de Santa Catalina, del siglo VI, uno de los monasterios cristianos más antiguos del mundo que aún está en funcionamiento. Aunque las autoridades egipcias han asegurado que el monasterio permanecerá abierto, existe una profunda preocupación sobre la transformación de este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Impacto en la Comunidad Beduina

La construcción de hoteles de lujo, villas y centros comerciales está impactando significativamente a la comunidad beduina local, la tribu Jebeleya, conocida como los Guardianes de Santa Catalina. Sus hogares y campamentos turísticos ecológicos han sido demolidos con escasa o nula compensación. Incluso se han visto obligados a exhumar cuerpos de sus tumbas para construir un nuevo estacionamiento.

¿Desarrollo Sostenible o Imposición?

Si bien el proyecto se presenta como un desarrollo sostenible necesario para impulsar el turismo, ha sido impuesto a la comunidad beduina en contra de su voluntad. Críticos argumentan que este no es el desarrollo que la tribu Jebeleya desea o solicitó.

La situación del Monasterio de Santa Catalina parece haberse calmado tras reuniones entre Grecia y Egipto, confirmando su estatus religioso. Sin embargo, la preocupación persiste sobre el impacto general del mega-proyecto turístico en el patrimonio cultural y la comunidad local.

Preocupaciones sobre el Monasterio de Santa Catalina

Construido entre 548 y 565 en el sitio donde se dice que Moisés encontró la zarza ardiente, Santa Catalina es el monasterio más antiguo del mundo que todavía está en funcionamiento. Tiene la colección más grande de íconos en el mundo y es superado solo por la Biblioteca Vaticana por su extensa colección de manuscritos.

Debido a su gran antigüedad, es anterior al cisma entre la Iglesia Ortodoxa Griega y la Iglesia Católica Romana, permaneciendo parte de la Iglesia Ortodoxa Griega a pesar de estar ubicado en Egipto. La propiedad de la Iglesia sobre sus tierras se estableció bajo el Imperio Otomano, que gobernó tanto Egipto como Grecia, y sigue siendo un tema de atención.

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