Un audaz asalto sacudió una reconocida confitería en Villa Lynch, partido de San Martín, durante el feriado del 9 de julio. Dos delincuentes armados irrumpieron en el local, no solo llevándose la recaudación, sino también obligando a los clientes a entregar las claves de sus teléfonos celulares para vaciar sus billeteras virtuales.
El modus operandi: Violencia y tecnología
Según fuentes judiciales, el robo ocurrió pasadas las 18:10 en la confitería ubicada en la esquina de Hipólito Yrigoyen y calle 38. Los asaltantes, que llegaron en un Ford Fiesta negro, actuaron con rapidez y precisión. Uno de ellos se dirigió directamente a la caja registradora, amenazando a la empleada para obtener el dinero y el teléfono del local desbloqueado. El otro ladrón, mientras tanto, se encargaba de los clientes.
Clientes despojados y amenazados
En las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, se observa cómo los delincuentes despojaron a los clientes de sus pertenencias, incluyendo dinero, teléfonos celulares e incluso un collar. Lo más alarmante es que exigieron a las víctimas que desbloquearan sus teléfonos, revelando las claves de acceso a sus cuentas bancarias y billeteras virtuales.
El botín: Dinero en efectivo y acceso a cuentas virtuales
En cuestión de minutos, los ladrones se hicieron con un botín estimado en 200.000 pesos en efectivo, además de los teléfonos celulares y las claves de acceso a las cuentas virtuales de las víctimas. La policía está investigando las cámaras de seguridad de la zona y rastreando los números de teléfono robados para identificar y capturar a los sospechosos, quienes actuaron a cara descubierta.
Este incidente pone de manifiesto una nueva modalidad delictiva, donde la tecnología se convierte en una herramienta para el robo y el fraude. Las autoridades recomiendan extremar las precauciones al compartir información personal y bancaria, especialmente en situaciones de riesgo.
- No compartir contraseñas con desconocidos.
- Activar la autenticación de dos factores en las aplicaciones bancarias.
- Denunciar cualquier actividad sospechosa a la policía.