Fallece Arzobispo Emérito Beltrán: Legado en Oklahoma y Georgia a los 91

El Arzobispo Emérito Eusebius J. Beltrán, figura clave en la Iglesia Católica de Oklahoma y con profundas raíces en Georgia, falleció a los 91 años. Beltrán, quien fuera Obispo de Tulsa y posteriormente Arzobispo de Oklahoma City, dejó una huella imborrable por su dedicación y servicio a la comunidad religiosa.

Una vida dedicada al servicio religioso

Ordenado sacerdote para la Diócesis de Savannah-Atlanta en 1960, Beltrán desempeñó numerosos roles y lideró varias parroquias en el área de Atlanta. Su participación activa en el movimiento por los Derechos Civiles y su asistencia a sesiones del Concilio Vaticano II junto al Arzobispo Paul Hallinan de Atlanta, marcaron su compromiso social y eclesiástico.

De Atlanta a Oklahoma: Un camino de fe

Nacido en Ashley, Pennsylvania, en 1934, Beltrán provenía de una familia con fuerte vocación religiosa. Cuatro de sus ocho hermanos abrazaron la vida religiosa, dos como sacerdotes y dos como religiosas. Tras su ordenación, Beltrán inició su ministerio como vicario parroquial en la catedral, luego en la Iglesia de San Pedro y San Pablo en Decatur, antes de ser nombrado pastor en la Iglesia de Santa María en Roma. También sirvió como pastor de la Iglesia de la Santa Cruz en Atlanta y de la Iglesia de San Antonio de Padua, además de ser juez presidente del Tribunal Metropolitano y vicario general.

Reacciones y condolencias

El Obispo de Tulsa y Eastern Oklahoma, David Konderla, expresó su pesar por la pérdida, destacando la fidelidad con la que Beltrán sirvió a la Iglesia en Oklahoma durante muchos años. El Arzobispo de Oklahoma City, Paul S. Coakley, también lamentó el fallecimiento, describiendo a Beltrán como un buen pastor con numerosos logros en la arquidiócesis.

La Diócesis de Tulsa y Eastern Oklahoma compartió fotografías del Arzobispo Emérito Eusebius J. Beltrán en señal de respeto y memoria. La comunidad católica se une en oración por su eterno descanso y agradece su invaluable contribución a la fe en Oklahoma y más allá.

Compartir artículo