La ciudad de Salta se vistió de fiesta para recibir a miles de peregrinos provenientes de diversos rincones de la provincia y del país, en una muestra conmovedora de fe y devoción al Señor y la Virgen del Milagro. La tradicional peregrinación, un evento que trasciende generaciones, culminó con una emotiva ceremonia en la Catedral Basílica, donde los fieles renovaron su compromiso espiritual.
Un Recorrido de Fe y Solidaridad
Desde los Valles Calchaquíes hasta la Puna, pasando por Santa Victoria Oeste y otras localidades, los peregrinos recorrieron cientos de kilómetros a pie o en bicicleta, desafiando las distancias y las inclemencias del tiempo. No solo movidos por su fe, sino también por un profundo sentido de solidaridad, los caminantes llevaron consigo donaciones y gestos de apoyo para las comunidades más necesitadas a lo largo del trayecto.
El Origen de una Devoción Centenaria
La devoción al Señor y la Virgen del Milagro se remonta al año 1592, cuando dos imágenes fueron encontradas en circunstancias extraordinarias y trasladadas desde el puerto del Callao, en Perú, hasta Salta. Un siglo después, un terremoto sacudió la región y un hecho milagroso fue interpretado como una señal divina: la imagen de la Virgen cayó del altar y apareció de pie, a los pies de la cruz. Desde entonces, el pueblo salteño renueva cada año su fidelidad a sus protectores.
Un Signo de Unidad y Esperanza
La Fiesta del Milagro no es solo una tradición religiosa, sino también un símbolo de unidad y esperanza para el pueblo salteño. En tiempos de incertidumbre, la fe en el Señor y la Virgen del Milagro se convierte en un refugio y una fuente de fortaleza para miles de personas que buscan consuelo y protección. El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, recibió a los peregrinos y destacó su “muestra de amor, fe y esperanza”.
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